19 enero 2012

CANCIÓN "En Ti vivimos" (Cristóbal Fones)

PALABRA Y VIDA


San Marcos 3, 7 – 12.
En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a orillas del lago y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea, de Jerusalén, de Indumea, de Transjordania y de la región de Tiro y Sidón. Acudió a él una gran multitud, al enterarse de lo que hacía. Como había mucha gente, encargó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que no lo estrujaran. Pues había sanado a muchos, y a quienes padecían dolencias se le echaban encima para tocarlo. Los espíritus impuros, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: - “Tú eres el Hijo de Dios”. Pero, Él les prohibía enérgicamente que lo descubrieran. 

COMENTARIO

Los espíritu Inmundos en los tiempos de Jesús, es algo muy común. Tal vez, es que el termino nos suena a algo bastante misterioso, nos suena a fantasma o a algo tenebroso; en realidad de lo que se trata de de todas aquellas formas de pensamiento que se instalan en las personas que les impiden ser personas. Espíritu inmundo, es cuando reproducimos conceptos o practicas cargadas de violencia, o que se sustentan en la provocación del miedo, para evitar que las personas puedan opinar con libertad sobre situaciones que les preocupan. A estas personas Jesús también las invita a que no se dejen llevar por esas fuerzas, que sean capaces de liberarse de estas mentalidades para que sean dueños y dueñas de sus propias opiniones, y que no tengan miedo a decir lo que piensan y lo que sienten.

COMENTARIO DEL EVANGELIO


Del evangelio de hoy, cuyo tema central está en continuidad con el de días anteriores, rescatamos algunos detalles menores a los que a veces no prestamos atención.
• El lugar donde ocurren los hechos: la sinagoga. Jesús estaba en territorio enemigo: Entre la gente y ante la mirada inquisitiva de los adversarios. Moverse con soltura en esos terrenos requiere un notable nivel de libertad. Jesús es libre. No tiene por qué esconderse. Hace el bien a la luz. Esa es una primera lección. Esconderse no es por sistema una conducta sana ni justificable, aun cuando alguna vez sea prudente.
• La orden dada al paralítico de colocarse en medio, a la vista de todos. Un hombre que no puede trabajar – la mano se identifica con el trabajo- es colocado en el centro, a la vista de todos. Ante él Jesús primero pregunta y, después, actúa. Este enfermo incapacitado no es solo protagonista, sino juez en la escena. El lugar del necesitado es el centro y ante él hemos de dar cuenta de nuestra conducta. Una vez más Jesús instituye tácitamente a los pobres como nuestros jueces.
• La mirada de Jesús dolida y llena de ira por la obstinación. Es una de las veces en las que Jesús aparece caracterizado con emociones. Aparecen descritas sin pudor por el evangelista y nos introducen en el corazón sufriente del Maestro. Su alma desconoce la insensibilidad. La imperturbabilidad ante la necesidad o la justificación de la no intervención a favor del necesitado pone a Cristo de malhumor. A nosotros se nos debían saltar también las alarmas ante ellas.
• Fuera de la sinagoga planean acabar con Jesús. No a la vista de todos, sino en secreto, en la oscuridad… en ese lugar donde el mal se hace fuerte porque es cobarde y no resiste la luz. Las tinieblas siempre tratan de aniquilar la luz. La cultura de la muerte es perversa: trata de eliminar a Jesús, de la forma que sea, por las buenas o por las malas, con hechos o con el olvido…
La primera lectura relata la insólita victoria de David sobre Goliat y ambienta el evangelio con su perspectiva propia: En la debilidad está la fuerza. Es la cultura de la vida victoriosa. Dios se sirve a veces explícitamente de lo más débil para conseguir sus planes.

Extraído de Ciudad redonda
Juan Carlos cmf