08 julio 2012

LITURGIA DE LA PALABRA


Domingo 8 de Julio 2012

Lectura de la Profecía de Ezequiel. Ez 2, 2-5
Un espíritu entró en mí y me hizo permanecer de pie, y yo escuché al que me hablaba. Él me dijo: Hijo de hombre, Yo te envío a los israelitas, a un pueblo de rebeldes que se han rebelado contra mí; ellos y sus padres se han sublevado contra mí hasta el día de hoy. Son hombres obstinados y de corazón endurecido aquellos a los que yo te envío, para que les digas: “Así habla el Señor”. Y sea que escuchen o se nieguen a hacerlo -porque son un pueblo rebelde- sabrán que hay un profeta en medio de ellos.
Palabra de Dios.

SALMO Sal 122, 1-4
R. Nuestros ojos miran al Señor, hasta que se apiade de nosotros.
Levanto mis ojos hacia ti, que habitas en el cielo. R.
Como los ojos de los servidores están fijos en las manos de su señor
y los ojos de la servidora en las manos de su dueña:
así miran nuestros ojos al Señor, nuestro Dios,
hasta que se apiade de nosotros. R.
¡Ten piedad, Señor, ten piedad de nosotros,
porque estamos hartos de desprecios!
Nuestra alma está saturada de la burla de los arrogantes,
del desprecio de los orgullosos. R.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la Segunda Carta del Apóstol San Pablo a los Cristianos de Corinto. 2Cor 12, 7-10
Hermanos: Para que la grandeza de las revelaciones no me envanezca, tengo una espina clavada en mi carne, un ángel de Satanás que me hiere. Tres veces pedí al Señor que me librara, pero él me respondió: “Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad”. Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo. Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Marcos. Mc 6, 1-6a
Jesús se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: “¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?”. Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Por eso les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de sanar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y él se asombraba de su falta de fe.
Palabra del Señor.

COMENTARIO
Dios muestra, por medio de la misión de Ezequiel, que “hay un profeta en medio del pueblo”, es decir, que la Palabra de Dios resuena en medio de ellos, que Dios no los abandona sino que quiere iluminarlos en medio de las tinieblas.


Nuestra vida siempre llevará las marcas del dolor. Y eso siempre nos recordará nuestra condición humana, nuestra limitación y fragilidad. Reconocer esto nos lleva a vivir con humildad y dejar de lado nuestra prepotencia y soberbia.
Jesús es el hijo de Dios, viene del Padre, pero también tiene una historia humana, una familia, un entorno social. De ese ambiente, saldrá a anunciar el Reino con sus palabras y milagros, pero sin olvidar su origen o a su gente.