la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda” (EN 14). Ha sido uno de los temas más importantes del largo pontificado de Juan Pablo II. A él se debe una frase que puede resumir todo lo que él quería transmitir y que nos da la clave de lo que debe ser la nueva evangelización:
- “Nuevo ardor, nuevos métodos, nuevas expresiones”
- Nuevos métodos: la nueva evangelización no está tanto en cambiar los contenidos ni en buscar nuevos medios cuanto en recuperar los caminos que la Iglesia siempre ha usado y tenemos olvidados. Este camino está muy bien expuesto en los diversos documentos de la Iglesia y que se concretan en las tres etapas fundamentales de la evangelización:
o Acción misionera: es el primer anuncio de cada cristiano. Con sus obras y palabras expresa el tesoro que lleva dentro. Es importante el testimonio de la vida del testigo, pero no pueden faltar sus palabras, el anuncio explícito de Cristo, muerto y resucitado, Señor y Salvador del hombre. En esto último fallamos mucho.
en la catequesis: formación básica y sistemática de la cristiana que nos transmite la fe (Credo), nos inicia en la Liturgia (Sacramentos), nos introduce en una nueva vida (Mandamientos) y nos enseña a orar (Padre Nuestro). Esto que todos lo vemos claro está ausente en la mayoría de nuestras parroquias. Por ejemplo, ¿en tu parroquia hay catequesis de adultos? Si una persona pide el Bautismo ¿qué harías?
o Acción pastoral: es la vida de la comunidad cristiana. La comunidad cristiana acoge a los nuevos cristianos y en ella se vive la vida cristiana. Sin sentido de pertenencia a una comunidad cristiana tenemos una Iglesia desintegrada. En ella seguimos escuchando la Palabra, celebrando la Liturgia y viviendo la nueva vida cristiana según dones y carismas del Espíritu. El vivir la fe cristiana con otros
cristianos en una comunidad parroquial es fundamental, pero ¿cuántas veces nos limitamos a ir a Misa según la hora que más me conviene o más cómodo me resulta?
- Nuevas expresiones: la cultura ha cambiando y está cambiando rápidamente. Nada es definitivo. Estamos en la “posmodernidad”, es decir, en el final de la modernidad y en el nacimiento de una cultura nueva a la que aún no podemos darle nombre. Esto nos debe ayudar a vivir con paciencia los continuos cambios. Porque si tenemos ese nuevo ardor, fruto del encuentro personal con Cristo, y si trabajamos en la Iglesia según el método de la nueva evangelización, estoy seguro que sabremos buscar en cada momento las expresiones más adecuadas para
comunicar y compartir lo que llevamos dentro. Como catequistas, sólo deseamos deciros que vivamos con paciencia esta etapa de la historia que nos ha tocado vivir, y que valoremos el trabajo de la catequesis en la tarea de la nueva evangelización.
Eugenio Romero López Manuel López López
Diócesis de Cádiz