20 enero 2012

EVANGELIO DEL DÍA. SAN MARCOS 3,13-19

El evangelio de hoy alude a  una espléndida síntesis de pastoral vocacional. Alude a tres acciones que realiza Jesús para constituir el grupo de los Doce. Tales acciones, a su vez, se convierten en normativas para la promoción de todas las vocaciones cristianas. Desde esta perspectiva nos acercamos hoy a la Palabra. En cada bautizado ha de repetirse el triple proceso que ahora comentamos.

• Llamó a los que quiso. Lo primero es convocar, hacer una propuesta clara dirigida a personas concretas. Se trata de una elección. No pide voluntarios a mano alzada. Desconocemos los motivos por los que escogió a aquellos precisamente y no a otros con un mejor currículo. No hizo un casting para seleccionar a los candidatos más aprovechables. Ni siquiera nos consta que hiciese un sondeo previo, ni una consulta a expertos. El amor tiene sus razones que la razón no huele. La Iglesia necesita una pastoral vocacional que formule propuestas claras de seguimiento, sin mantenerse a la espera de voluntarios que llamen a la puerta. 
• Los hizo sus compañeros. Antes de nada, Jesús quiso rodearse de amigos. No hay misión sin comunidad. No buscaba funcionarios, ni especialistas, ni profesionales. Buscaba amigos, personas con quienes estrechar una relación de conocimiento y amistad. El amor era su credencial. La relación personal con Jesús es condición necesaria  en las cosas del Reino. No hay pastoral vocacional auténtica sin el conocimiento y la amistad con Jesús. Sin liberar espacios para el encuentro y la oración nunca puede haber auténtica pastoral de las vocaciones.
• Para enviarlos a predicar con poder… Quiso compartir con ellos sus sueños y convertirlos en sus colaboradores en el avance imparable del Reino. Pero el poder transmitido por Cristo no es como el que pasa de un presidente de gobierno a un ministro. Jesús no envía a los apóstoles a predicar “en su lugar”, sino para que estén “con Él”. De hecho, Él nunca los abandona, está presente continuamente y actúa siempre, aunque parezca que solo actúan los hombres. Pero el poder de estos hombres depende sólo del hecho de que son miembros del único Cuerpo de Cristo. La pastoral vocacional es misionera. Jesús convoca para la dispersión apostólica. Pero sólo comparte con sus amigos el poder que tiene para derrotar el mal. 
Colaborar con Jesús en llamar, amar y enviar es la estrategia que mantiene la continuidad de la comunidad de Jesús. Es el único procedimiento de la auténtica pastoral vocacional. 
Extraído de Ciudad  Juan Carlos cmf