15 mayo 2013

DÍA DEL CATEQUISTA 2013

Un día para los catequistas

Como cada año, antes de la fiesta de la Ascensión del Señor, nos reunimos a celebrar el Día del Catequista, bajo el lema: Celebramos la fuerza y belleza de nuestra fe. Junto con las fotos de la celebración de este año, les ofrecemos algunas ideas para reflexionar y profundizar acerca de nuestra misión.

Comprendemos que Cristo antes de volver a la Casa del Padre, a su Casa, encomienda a los apóstoles -y con ellos a cada uno(a) de nosotros(as)- continuar su misión. Podríamos decir que el Señor nos hereda cada una de sus palabras, gestos y motivaciones pero no sólo para gozarlas, sino que para compartirlas y así continuar diciendo y haciendo lo que Él diría y haría si estuviese físicamente con nosotros. Entendemos, por tanto, que la misión de un catequista es hacer presente la Buena Noticia de Jesucristo en lo que va viviendo, a través del testimonio que surge únicamente de la experiencia personal de Dios. No podemos callar lo que hemos visto y oído (Hch 4, 20), es necesario compartirlo, anunciarlo, gritarlo pero no como una teoría o como un cuento muy bien aprendido, sino como parte esencial de mi vida. No da lo mismo la vida con Cristo que sin Él; tengo una Buena Noticia que compartir con los que me rodean. 
La parábola del sembrador (Mc 4, 3 - 9), es la que una vez más nos anima a seguir con esta importante y delicada misión. Habitualmente nos identificamos con la tierra que recibe la semilla de la Palabra de Dios y que de distintas maneras favorece o no el crecimiento para obtener los esperados frutos... sin embargo, nuestra labor como catequistas es la del sembrador que no se desanima por la semilla que cae al borde del camino, ni por la que crece entre espinas o la que ilusiona con un rápido crecimiento pero termina sin dar fruto por falta de raíz. Cada uno de nosotros, tal como Jesús, volvemos a poner nuestra confianza en el Dueño de los campos que nos envía a sembrar su semilla, sin pretender que el éxito de nuestra misión esté en nuestras manos.
El campo es del Señor, lo mismo que la semilla. A nosotros nos queda, una vez más renovar nuestra fe y esperanza en Él que hace posible nuestro apostolado y hace posible que la semilla crezca y dé fruto abundante.
Que en las proximidades de la fiesta del Espíritu Santo, podamos profundizar en nuestro ser de catequistas: instrumentos (como el sembrador) de Dios para que nuestro mundo tenga vida, Vida en abundancia.

Comisión Diocesana de Catequesis
Fotos Día del Catequista